Así fue el choque entre Leo Beenhakker y Hugo Sánchez que llevó a la salida del Pentapichichi del Real Madrid

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Siete temporadas estuvo Hugo Sánchez en el Real Madrid, en los que fue campeón cinco veces LaLiga, cuatro veces ganó el Pichichi vestido de blanco, conquistó una Copa UEFA, una Copa del Rey y cuatro Supercopas de España, pero su salida de Chamartín no fue la mejor manera debido a un cruce con Leo Beenhakker, episodio que recordamos hoy tras el fallecimiento del técnico neerlandés.

Hugo llegó al Madrid en el verano de 1985, luego de que el equipo blanco quedara séptimo en LaLiga, su peor temporada desde la 76/77, aunque sumaron dos trofeos por ganar la UEFA y la Copa de la Liga. Retuvieron al entrenador con el que cerraron la campaña 84/85, Luis Molowny, y comenzó a construirse la leyenda de la Quinta del Buitre, al coronarse en LaLiga, la primera de cinco seguidas que ganarían los de Chamartín, con Hugol como líder de goleo. Pese a esto, hubo un nuevo cambio en el banquillo y llegó Beenhakker para la 86/87 desde el Real Zaragoza.

Don Leo ganó tres Ligas seguidas, el último entrenador blanco en conseguir el tricampeonato en el torneo local, pero al ser goleados 5-0 en la Copa de Europa por el Milan en 1989, hubo un cambio más en el banquillo merengue. La salida de Beenhakker resultó ser más un problema que una solución, porque siguió la sequía europea y en la 90/91 tuvieron hasta cuatro entrenadores, tras lo cual Ramón Mendoza trajo de nuevo al neerlandés.

El regreso de Beenhakker coincidió con una lesión de rodilla del delantero mexicano, quien jugaría solo 11 partidos en esa última temporada en el Madrid. Cuando volvió, no tuvo el ritmo goleador de otras temporadas. Beenhakker no le llevó siquiera a la ida de semifinales de la Copa de Europa ante el Torino, pero la gota que derramó el vaso para Hugo fue que iba a ser suplente ante el Espanyol.

“Me extraña que se pidan goles y yo no vaya convocado. Entendí no ir a Turín porque se quería hacer una táctica conservadora, pero ante el Espanyol no creo que se juegue así. He demostrado que valgo para jugar al ataque. Se me están inflamando las amígdalas. Me ha sorprendido y me ha molestado no estar”, dijo Sánchez Márquez.

Beenhakker respondió de manera tajante, también a los medios: “Tengo muy claro que no está en condiciones. Hugo no está dispuesto a ayudar al equipo desde el banquillo, no le puedo llevar. Cualquier jugador tiene que actuar bajo las órdenes del técnico”.

El mexicano no volvería a jugar más con el Real Madrid. Fue suspendido el resto de la temporada y multado 150 millones de pesetas. Hugo fue con el presidente del Madrid y puso un ultimatum: el entrenador o él. El equipo blanco eligió a Beenhakker, como recordó el propio Hugo del ultimatum que le dio al presidente.

“El enfrentamiento que tuve con Beenhakker fue el causante de que, por dignidad, le dijese al Señor Ramón Mendoza: o él o yo. Ramón Mendoza comentó en ese momento que no podía echar al entrenador porque tenía dos meses escasos de haberle contratado por 4 años, a razón de muchísimo dinero. Yo había salido de una operación y finalizaba mi contrato esa temporada. Por dignidad le dije: ¿o este señor o yo? Se pensó fríamente y se creyó lo más conveniente, dado lo que le iba a costar al club esos cuatro años, que lo conveniente era que me iba a dar la libertad“, diría el delantero mexicano años después.

Hugo dejaría España y firmaría un año con el América. Beenhakker no siguió en el Real Madrid, ya que cayeron en semifinales de la Copa de Europa y perdieron el título de España en la última jornada, en la segunda ‘Liga de Tenerife’, y al perder la Copa ante el Atlético, el neerlandés fue destituido. Benito Floro tomó su sitio.

El Atlante de Hugo, el último que venció al América de Beenhakker

Resulta que los destinos de Hugo y Don Leo se cruzaron en México, en la temporada 94/95. Las Águilas de Beenhakker eran líderes antes de la sorpresiva destitución del neerlandés, que llegó a cinco jornadas del final de la fase regular. Al momento del despido, el América solo tenía cuatro derrotas, la última 4-1 ante el Atlante donde jugaba el Pentapichichi, quien marcó doblete ese 19 de febrero de 1995.

El Atlante no pasó a la Liguilla, mientras que el América tiró aceite en la recta final tras el despido de Don Leo, empatando los últimos tres partidos del torneo regular, lo que les costó el liderato. Los de Coapa caerían eventulamente eliminados en semifinales ante Cruz Azul, perdiendo en la vuelta en el Azteca.

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